Hace mucho tiempo, un hombre pasaba cerca
al río que baja de la laguna Auquiscocha, por el calor abrazador y el cansancio
del trabajo se encontraba sediento. Entonces fue a beber un poco de agua
fresca, bebió a gusto y también hizo que bebieran sus animales además de llenar
en su cántaro como precaución.
Luego de echó a descansar y se quedó
dormido. Al rato se despertó, divisó y ¡oh sorpresa!, las cosas ya no eran las
mismas de hace una media hora antes: sus animales no estaban, el cántaro estaba
vacío y una roca enorme lo enterró a él para siempre que se hundió en una
laguna.
Cada luna llena, a decir de los lugareños,
aparece el hombre con sus animales y durante el día una tienda con muchos
productos debajo de la roca.
Quebrada Tiendayoc
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